El bótox y ácido hialurónico: Estos son los dos tratamientos más realizados en medicina estética. Es frecuente confundirlos, ambos tienen el objetivo de mejorar las arrugas, pero el mecanismo es diferente en cada uno de ellos.
¿Qué es el bótox?
Bótox es el nombre con el que se comercializan las toxinas botulínicas en el mercado. La función de esta neurotoxina es bloquear la comunicación existente entre el nervio y el músculo, con el objetivo de paralizar el músculo temporalmente. Al relajar el músculo y disminuir la contracción, se evita la formación de la arruga.
Es por ello que con el bótox se pueden tratar las arrugas dinámicas, aquellas que se forman cuando contraemos la musculatura de la cara (entrecejo, frente, patas de gallo, etc). La inyección de esta toxina botulínica mejora o elimina las arrugas, y previene la aparición de nuevas líneas de expresión. Actúa devolviendo suavidad y luminosidad, con una expresión natural.
Este tratamiento está entre los preferidos de los pacientes, ya que es mínimamente agresivo y sus resultados son increíbles, siempre que se aplique en los puntos adecuados.
¿Qué es el ácido hialurónico?
El ácido hialurónico es una molécula que encontramos de forma natural en la piel. En el caso de los rellenos de ácido hialurónico, también se utilizan para mejorar y corregir arrugas, con efecto rejuvenecedor. Es el encargado de mantener la piel hidratada, y tiene como función principal la retención de líquido, rellenando las arrugas y mejorando así la flacidez de la piel desde dentro.
Además, el ácido hialurónico es reabsorbible y al ser puesto sobre la zona a tratada se transforma en tejido propio como puede ser el colágeno o la elastina.
Hay diferentes tipos de ácido hialurónico, de mayor a menor tamaño y en función de la zona a tratar y los resultados que se pretenden conseguir, se utilizará uno u otro.
Principales diferencias entre ambos tratamientos
- Por su parte el bótox se utiliza al corregir arrugas dinámicas sobre todo en la parte superior de la cara (entrecejo, frente, patas de gallo). Mientras que los rellenos de ácido hialurónico se utilizan para rellenar arrugas y surcos, dando volumen en pómulos, labios y mentón.
- El efecto de ambos tratamientos es temporal, aunque su duración no es la misma. El bótox dura de 4 a 6 meses, mientras que el ácido hialurónico depende del tipo, de la zona tratada y de la velocidad a la que absorba cada persona, pero puede llegar a durar hasta 12 – 18 meses.
- El bótox empieza a hacer su efecto a los 3 días, logrando su efecto máximo en unos 10 días. Por su parte los rellenos de ácido hialurónico tiene efectos inmediatos, aunque el resultado final suele verse a los 15 días, cuando el relleno asienta e hidrata.
Zonas para aplicar cada uno de los tratamientos
La tóxina botulínica (bótox) se recomienda para rebajar las arrugas de la frente, entrecejo y patas de gallo. Permite la posibilidad de cambiar ligeramente la posición de las cejas, elevando su posición y dando luminosidad. Además el bótox se utiliza como tratamiento para la excesiva sudoración o hiperdrosis en las palmas de las manos, pies y axilas.
Por su parte, los rellenos de ácido hialurónico, al ser un tratamiento de rellenos se consigue rebajar las arrugas del rostro, eliminar patas de gallo y rellenar otras zonas, como labios.
¿Qué tratamiento es mejor?
En cualquier caso, hay que saber que la aplicación y la eficacia del bótox y el ácido hialurónico dependerá de las características dermatológicas y de las zonas a tratar de cada paciente.
En caso de que el objetivo sea aumentar el volumen de labios o pómulos, utilizaremos el tratamiento de ácido hialurónico de mayor tamaño. Para tratar zonas donde hemos perdido tensión y volumen como las comisuras, se utilizaría el de tamaño medio. Y si la finalidad es suavizar y tensionar las arrugas el más adecuado sería el de menor tamaño.
Mientras que si el objetivo es mejorar las arrugas de expresión y los rastros de envejecimiento, como las arrugas en el entrecejo, la frente o las patas de gallo, utilizaremos el tratamiento de bótox.
En conclusión, ambos tratamientos, el bótox y el ácido hialurónico son dos técnicas poco agresivas y muy seguras y que no suponen una alteración brusca de la rutina diaria de las personas tras su aplicación. Ambos tienen resultados duraderos y son combinables entre ellos, para conseguir un rostro joven y luminoso.
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