“Eres lo que comes”. Aprender a llevar a cabo una buena alimentación puede ayudarte a mejorar tu salud, no es fácil, requiere tiempo y constancia. Seguro que a menudo te preguntas si estas obteniendo los nutrientes adecuados de los alimentos que consumes…
En primer lugar, para tener una dieta sana y equilibrada es importante tomar las decisiones correctas, no hay una dieta ideal que sea “perfecta” para todos. Cada persona tiene necesidades nutricionales específicas, pero todos necesitamos una dieta equilibrada que incluya alimentos variados que aporten variados tipos de nutrientes para mantener una buena salud.
Cuanto más variada es la alimentación, más rica, más adecuada y más equilibrada es. Cuando hablamos de “alimentación equilibrada” nos referimos a la que realizamos en el plazo de 1 semana como mínimo, lo cual permitirá mejorar la salud.
Además, es importante saber que comer saludable es el conjunto de muchos hábitos saludables al mismo tiempo. Solemos pensar que tenemos el control total sobre las decisiones de comida, pero te vamos a contar que no es para nada como creías hasta ahora. Las decisiones de la comida están basadas en impulsos automáticos que vienen desde el cerebro, lo que nos indica cuándo comemos, cuánto comemos, cómo y qué comemos. Elegimos de manera inconsciente, tomamos decisiones basadas en nuestros hábitos.
En realidad, el primer paso para mejorar es ser consciente de aquello que quieres cambiar. Mejorar la salud implica cambiar la alimentación, cambiar determinados hábitos y cuidar tu peso. Requiere esfuerzo, atención y repetir diariamente, de manera progresiva. Por ello, es más fácil empezar con poco e incorporando más hábitos a medida que pasa el tiempo.
A continuación, te facilitamos una lista con hábitos muy sencillos para introducir en tu vida diaria y comenzar a mejorar tu alimentación.
Hábitos para mejorar la alimentación
- Seleccionar los alimentos correctos
Es conveniente elegir los alimentos más naturales posibles, evitando aquellos compuestos por variedad de ingredientes o los que estén más procesados.
2. Adecuada preparación
Alimentos crudos, al vapor o a la plancha, evitando aquellos alimentos con gran cantidad de aceite (grasas) como fritos o empanados y además los que contengan demasiado azúcar en su preparación como bollería o salsas.
3. Proporciones y frecuencia de alimentos
Aquellos alimentos verdes deberían ser más abundantes y frecuentes en nuestras dietas que los alimentos de origen animal.
4. Cumplir los horarios
Este es uno de los hábitos más importantes, establecer unos horarios de comidas y cumplir estos. Saltarse el desayuno es un error, ya que al hacer esto en la siguiente comida sientes más hambre y esto te obliga a comer más cantidad de la necesaria.
5. Reconocer motivos
Antes de empezar con el primer bocado, piensa cuál es el motivo real (no tiene que ser hambre), que puede ser ansiedad, estrés, aburrimiento, estados de ánimo, etc.
6. Ambiente que rodea
Los hábitos de alimentación están marcados por la influencia del medio en el que vivimos, el ambiente se convierte en un desencadenante de ciertos hábitos.
En conclusión, los hábitos alimenticios serán más eficaces si los combinas con algo de ejercicio físico regularmente. El ejercicio de forma regular ayuda a mantener el cuerpo activo, elegir actividades que sirvan también como disfrute. Empezar siempre desde un nivel bajo e ir poco a poco aumentando la frecuencia y los tiempos. Es importante fijarse metas razonables y observar el progreso con el paso del tiempo.
Ahora que ya sabes por dónde empezar a mejorar tu salud, comienza con una acción y conviértela en un hábito de vida. Poco a poco, los antiguos y malos hábitos desaparecerán.
A veces es necesaria la ayuda de un profesional para saber por dónde empezar y cómo hacerlo. Por esto mismo, si deseas más información, visita nuestra web Dra. Blanca García Guerra.
