No esperes a cumplir años para comenzar con una rutina. Cuida tu piel y evita los signos de la edad.
El cuidado de la piel, y en particular, el cuidado facial es algo que debemos tener muy en cuenta durante todas las etapas de nuestra vida. Por ello, deberemos ir adaptando los tratamientos y las rutinas en función de la edad que presentemos.
La importancia de una piel limpia
Muchas de nosotras tendemos a maquillarnos, unas lo hacemos diariamente, mientras que otras tan solo se maquillan en momentos algo más especiales.
Pero si decides maquillarte, no puedes olvidar el paso más importante… Desmaquillarte. Este gesto tan solo te llevará unos minutos, y mientras que olvidarse de este gesto en tu rutina, podría significar la aparición de daños visibles en la piel en un periodo de tiempo reducido. Cuida tu piel para mantenerla radiante durante mucho más tiempo.
Nuestra piel está compuesta por miles de poros con funciones muy importantes. No solo regulan la sudoración, sino que, además, segregan sebo. Esta sustancia producida por nuestra piel es la encargada de remover las células muertas para así mantener nuestra piel hidratada y protegida.
Por último, te recomendamos lavarte la cara a fondo después de desmaquillarte, ya que es un error bastante común. Estos productos pueden dejar restos en la piel, que, tan solo se irán cuando la laves.
Signos que reflejan que no estás realizando los cuidados adecuados para tu piel
Detectarlos a tiempo podrá suponer la prevención de daños en tu piel gracias a la búsqueda de diferentes alternativas que se adecuen correctamente a las necesidades de tu piel. Cuida tu piel y podrás evitar diferentes trastornos cutáneos como los que os contamos a continuación:
- Producción excesiva de sebo: Como hemos comentado anteriormente, el sebo es una sustancia producida por nuestra piel que se encarga de remover las células muertas para así mantener nuestra piel hidratada y protegida.
La producción en exceso de esta sustancia es una reacción natural de la piel ante un episodio de deshidratación. Esto suele provocar brotes de acné y la debilitación de la barrera protectora de la piel.
- Rojeces: Que nuestra piel se enrojezca después de realizarnos una exfoliación, es algo normal, pero si el enrojecimiento sigue siendo el protagonista pasadas las 24 horas, significa que dicho tratamiento ha resultado demasiado agresivo para tu piel.
¿Cómo puedo solucionarlo? En estos casos, lo recomendable es aplicar algún producto con ingredientes calmantes.
- Tirantez en la piel: ¿Sientes tirantez en tu piel después de utilizar tus productos? Esto significa que el tratamiento aplicado no solo ha retirado las impurezas de la piel, sino que también se ha llevado consigo la hidratación de tu rostro.
¿Cómo evitar esto? Para evitar este hecho debemos utilizar productos suaves para comprobar la reacción de nuestra piel, y nunca excedernos en el tiempo que indica el fabricante.
- Deshidratación: Recuerda que el principal objetivo de mantener una rutina facial es la hidratación, por ello, si sientes tu piel apagada deberás cambiar tu rutina para recuperar esa falta de hidratación.
- Mayor sensibilidad: Podemos ser conscientes de la sensibilidad de nuestra piel cuando se muestra más sensible o reactiva a productos cutáneos habituales de nuestro día a día.
¿Cómo cuidar una piel seca?
Si presentas un tipo de piel seca, deberás prestar atención a las siguientes líneas para cuidar tu piel y recuperar el aspecto joven y luminoso que caracteriza tu rostro.
Una piel seca suele presentar un aspecto mate a causa de la deshidratación. ¿Cómo evitarlo?, deberás evitar las duchas con agua muy caliente para evitar que se reseque más tu piel.
Para conformar nuestro hábito de cuidado para piel seca, necesitamos mucha hidratación y nutrición ya que presenta una mayor tendencia al envejecimiento que la piel grasa.
Para implantar un hábito de limpieza y exfoliación, realizaremos una doble limpieza.
En primer lugar, utilizaremos un limpiador de base oleosa, y posteriormente, un limpiador de base acuosa.
Tras el primer paso, puedes utilizar un exfoliante de arrastre, que actúa arrastrando las células muertas que encontramos en la superficie de la piel, o un peeling plástico, una técnica no quirúrgica que consiste en la eliminación de distintas capas de la epidermis, es decir, se produce una renovación de las capas de la piel sustituidas por otras nuevas de mejor calidad.
Por cierto, también debemos recordarte que no debes abusar de los exfoliantes, ya que podrías dañar la barrera natural de protección de la piel magnificando así daños que deseas combatir.
En último lugar, no debes olvidar la fase de hidratación y protección. Cuida tu piel, mantén una piel hidratada y protegida frente a los agentes externos.
¿Cómo cuidar una piel grasa?
Como sabrás, la piel grasa es más resistente, fuerte y tiende a envejecer menos que la piel seca, pero también es el tipo de piel que más cuidados necesita. A continuación te contamos unos tips para que comiences a cuidar tu piel de forma correcta.
Para comenzar, una piel grasa necesita sustancias con una cantidad mayor de contenido en agua que en grasa. Resulta muy importante prestar especial atención a su higiene para evitar la aparición de granitos.
Realizar una rutina de limpieza en profundidad te aportará beneficios y un aspecto más saludable en tu rostro.
El primer paso para llevar a cabo la rutina para piel grasa, es comenzar con una limpieza en dos tiempos: en la primera limpieza deberás aplicar un limpiador de base oleosa para retirar los restos de maquillaje y/o cremas. El segundo, un limpiador de base acuosa, preferiblemente en formato espuma o gel específico para piel grasa.
Por último, al igual que en la piel seca, deberemos hidratarla y protegerla todos los días del año para evitar secuelas en nuestra piel a largo plazo. Para más información sobre el fotoenvejecimiento haz clic aquí.