Maskné: O por qué la mascarilla ha causado estragos en nuestra piel

maskné

Tras más de un año y medio cubriendo nuestro rostro con mascarillas, es normal que muchas personas hayan sufrido de maskné.

Y qué es el maskné, pues muy sencillo, es la aparición de puntos negros y espinillas a causa de un uso prolongado de la mascarilla.

El roce, que la piel no transpire lo suficiente, unido al vapor de agua que se produce al respirar bajo la mascarilla u el sudor, han provocado la aparición de más grasa y bacterias que dan pie al acné.

De hecho, durante el último año, se ha producido un aumento del acné del 30%. 

Este inconveniente unido al acné común de los adolescentes, ha hecho que muchos jóvenes acudan al dermatólogo debido a problemas emocionales o de autoestima derivados de este problema.

Sin embargo, el maskné puede mitigarse siendo constante en unos sencillos pasos. ¿Quieres saber cuáles? Pon mucha atención.

Respetar el tiempo de uso de la mascarilla

Aunque parece algo obvio, más de la mitad de los españoles no tienen en cuenta el tiempo de uso de la mascarilla, cuatro horas en el caso de las quirúrgicas y ocho en el de las FFP2. Después de este tiempo es fundamental cambiarlas, y no solo por la protección ante el coronavirus, también es fundamental para prevenir el acné. Es importante que limitemos el contacto de nuestra piel con las bacterias y los gérmenes que se acumulan en ellas después de horas de utilización.

Lo ideal es darle un descanso a la piel y descubrir nuestro rostro durante unos minutos siempre y cuando se haga en un lugar seguro y manteniendo la distancia de seguridad adecuada. Es recomendable quitarnos la mascarilla durante 15 minutos cada cuatro horas.

Limpieza profunda

Las mascarillas reducen la ventilación y es muy importante que la piel respire el resto del tiempo que no la utilizamos. Realizar una limpieza profunda es importante. El primer paso es limpiar el rostro con agua tibia y un jabón específico para el tipo de piel que tengamos, esto hará que los poros se abran y la piel se oxigene. Por último, una vez acabada la limpieza, es conveniente hidratar la cara con la crema que mejor se adapte a nuestra piel.

Otra opción muy recomendada es realizar una limpieza profunda en un centro de médico estético. En estos centros como el nuestro, realizamos una valoración previa de la piel para encontrar la limpieza que mejor se adapte a las necesidades del paciente, al mismo tiempo que aplicamos productos específicos para mejorar el estado de la piel.

Exfoliación

Una o dos veces por semana hay que retirar las células muertas que taponan los poros con una exfoliación.

La exfoliación también puede llevarse a cabo en nuestro centro, de hecho, no todas las exfoliaciones son aptas para todas la pieles. Encontrar la adecuada para no producir efectos adversos en la piel es fundamental.

En el caso de realizar una exfoliación química, o con punta de diamante, la rutina de exfoliación en casa será diferente y tendrá que ser indicada por el especialista con los productos adecuados.

Mascarilla

Además de una buena exfoliación es importante aplicar una mascarilla adecuada a cada tipo de piel. En el mercado existen multitud de productos específicos para pieles con acné, pero debemos fijarnos en que tengan alguno de estos ingredientes:

  • Arcillas. Purifican los poros y ayudan a absorber la grasa.
  • Ácido glicólico y salicílico. Equilibran el nivel de grasa de la piel y bajar la inflamación.
  • Azufre. Muy útil por sus propiedades antibacterianas.
  • Carbón activo. Absorbe las impurezas y toxinas que nuestra piel acumula.

Hidratación

Una correcta hidratación hace que ésta luzca más sana y calmada. Una buena opción son los productos con aloe vera, que tiene un poder regenerador, calmante y refrescante. 

También es muy importante hidratarse por dentro,beber dos litros de agua al día también ayuda a la piel.

Descansar todo lo posible

La piel también se fatiga; la falta de sueño produce radicales libres que causan envejecimiento prematuro y provocan más granitos, así que, es muy importante dormir ocho horas diarias.

No tocarse los granitos

Puede que sea de lo más importante y parece obvio, pero muchas personas revientan las espinillas sin saber que al hacerlo, el líquido infectado puede introducirse en las capas más profundas de nuestra piel provocando más infección.

Además, al romperlos, pueden hacerse pequeñas cicatrices permanentes.

Ahora que cuentas con estas recomendaciones, sólo te queda ponerlas en práctica para ver cómo tu maskné mejora día tras día.

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