¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA RUTINA SOLAR?
Desde hace años, la moda, introdujo la idea de belleza de que es cuerpo era mejor bronceado, incitando a las personas a poblar las playas a todas horas y asar mucho tiempo expuesto al sol, sin ningún tipo de protección.
Probablemente no se tenía en cuento el daño que producía el sol, hasta tiempo después, cuando se han hecho estudios de los rayos ultravioletas; enfermedades y padecimientos como el cáncer de piel.
Para la suerte de todos, hoy las medidas preventivas al sol forman parte de una tendencia a nivel mundial que se imita en la gran mayoría de las personas. Cada vez más gente toma conciencia de los daños irreversibles del sol y se pasan la información acerca de la importancia de protegerse.
Los rayos solares benefician al organismo en la síntesis de la vitamina D y mejora nuestro ánimo, pero también causa daños de piel seca, quemaduras, lesiones en la retina, fotoenvejecimiento, manchas cutáneas y diferentes tipos de cáncer en la piel.
El sol llega a ser tan sumamente dañino porque las radiaciones ultravioletas (UV) que emana pueden ingresar a las capas más profundas de la piel, dañando o destruyendo a las células que son sanas.
Frente a ello, los cuidados del sol desde que somos pequeños juegan un papel central para evitar enfermedades, quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel, entre oras.
RUTINA CLAVE DIARIA PARA EL SOL
1. Agua. La hidratación es, más que recomendable, imprescindible.
Tu cuerpo necesita agua, así que acostúmbrate a duplicar o triplicar tu cantidad de beber agua, como mínimo, un litro y medio diario. Tras tomar el sol, un buen vaso de agua es el primer paso para darle a tu cuerpo y tu piel todo lo que necesita.
2. Refresca tu piel. Guarda en la nevera una bruma hidratante o agua celular para vaporizarla sobre tu cara en cuanto llegues de la playa o la piscina: la refrescará y calmará.
3. Hazte una limpieza facial. Una piel sana empieza con una piel libre de impurezas. Hay que apartar toda célula que haya muerto, y cuidar las que están sanas. Tras una jornada de piscina o playa, debes retirar los restos de sudor, cremas solares, salitre, arena, cloro…
4. Utiliza un sérum. Con la piel muy limpia, aplica y extiende un par de gotas de sérum por el rostro. Es muy recomentable (casi obligatorio) utilizarlo como parte de la rutina facial del verano tras tomar el sol (aunque también del año entero) porque cuenta con un efecto reparador y reafirmante.
5. Extiende una crema nutritiva. Nuestra piel se regenera de forma natural seleccionando una crema con ácido hialurónico; esto le da a tu piel un tratamiento sumamente hidratante.
6. Date una merienda de vitaminas. Después de un día de sol, playa o piscina, puedes cuidar tu piel de forma interna; apórtale un batido o un zumo refrescante hecho con verduras y frutas frescas.
Los frutos secos son también un alimento importante.
¡Somos lo que comemos y bebemos!
7. Una vez por semana es exfoliarte la piel
Uno de los mayores secretos para tener un bronceado bonito y uniforme y sano, está en suprimir y eliminar todas las células muertas, un efecto que se consigue a través de la exfoliación.
Protección solar
Las manchas se producen en la piel por los rayos del sol a los que hemos estado expuestos todos los años, sin protector solar. La piel tiene memoria y pasa factura. El daño acumulado al estar expuestos en altas temperaturas desde pequeño, aumenta el riesgo de desarrollar una enfermedad cancerígena, como lo es el cáncer de piel en la edad adulta.
Por ello, los cuidados del sol desde el nacimiento y hasta los primeros años de vida, deben ser extremos. Incluso, debe evitarse más de 20 minutos diarios, estar a las horas punta del sol o directamente a la exposición directa.
El uso del protector solar tiene un papel fundamental en el cuidado de los rayos del sol, ya que son la opción idónea para evitar los daños y los malos efectos ultravioletas. Los protectores solares absorben los rayos del sol.
Existen protectores solares orgánicos cuya composición absorbe la radiación ultravioleta, convirtiéndola en una ínfima cantidad de calor. También podemos hallar en el mercado protectores solares inorgánicos que, a partir de minerales a base de óxido de zinc y dióxido de titanio, reflejan y dispersan los rayos UV, ofreciendo una protección de amplio espectro.
Un dato muy importante que hay que tener en cuenta es que FPS, siglas que significan “factor de protección solar” y que se encuentra impresa en los envases. Se refiere a la capacidad de protección del producto. Es decir, indica la cantidad de tiempo a la que puedes estar expuesto al sol sin quemarte o enrojecerte.
Lo recomendable por los expertos es que se opte por protectores de más protección, más altos y presenten resistencia al agua. Debe ser colocado de manera uniforme en todo el cuerpo, al menos media hora antes de salir al aire libre, ya que es el tiempo que tarda la piel en absorber el producto. Se recomienda el mismo cuidado en invierno.
Todos los días hay que aplicarse protector solar antes de salir a la calle; el sol nunca se va aunque no lo veas.
Recuerda, si tienes algún tipo de restos de acné o manchas solares, en nuestro centro contamos con tratamientos especializados.
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